2018: Dentro de la nueva Constitución cubana, se propone por primera vez el casamiento entre personas del mismo sexo. Seis parejas homosexuales, muestran sus vidas cotidianas y participan del proceso. Para ellas, es la posibilidad de ser reconocidas legalmente, para representantes de iglesias fundamentalistas, es un ataque a la familia tradicional. La comunidad Gay, principal interesada en la aprobación del artículo 68, queda en medio de una disputa entre fundamentalismo, Estado y población. Antes del referéndum, las iglesias salen a las calles y ponen carteles defendiendo el diseño original. La comunidad LGBTIQ hace acciones en el espacio digital, pero no cuentan con el permiso del Estado para marchar en las calles. El Gobierno intenta controlar a ambas partes y al mismo tiempo la comunidad Gay le exige, que sea consecuente con su política humanista y apoye sus reclamos.