Seppuku es un gran recuerdo, o la percepción de ese recuerdo como un momento trascendental en la vida de su protagonista.
La superación personal ha rondado el imaginario de mi trabajo desde siempre, pues entiendo que la evolución humana en gran medida depende de ello.
La vida está compuesta por ciclos, cada uno con inicio, desarrollo y fin.
Esta historia cuenta ese día, la muerte de la inocencia como final de un ciclo para dar paso a la adultez en la que debemos enfrentar los verdaderos problemas existentes en el mundo real. Por eso decidí usar el sacrificio como tránsito, una muerte simbólica para descubrir que la realidad no es como la imaginamos cuando somos niños, sino que es un nuevo mundo en el que somos luchadores, guerreros intentando sobrevivir.